jueves, 19 de mayo de 2016


NAZISMO

Se ha sugerido que Adolf Hitler "es uno de esos pocos individuos de los cuales se puede decir con absoluta certeza que: sin él, el curso de la historia habría sido diferente", o, que sin él, las cosas habrían sido muy diferentes.


Hay poca duda que Hitler poseía un carisma y capacidad oratoria, pero también una ambición excepcional. Alguien quien -con una falta de escrúpulos absoluta- estaba dispuesto a sacrificar lo que fuera y/o considerara necesario en aras de sus objetivos. Pero tampoco hay duda que tanto los objetivos como los medios eran avalados por el Zeitgeist, y que Hitler encapsuló -voluntaria o accidentalmente- lo peor de ese espíritu de su época. Si bien es posiblemente correcto que sin Hitler el nazismo no habría sido lo que fue, no es menos cierto que sin ese zeitgeist Hitler no habría sido lo que fue.


Retrato a lápiz de Adolf Hitler, 1923
Hitler conoció ese zeitgeist cuando vivió en Viena, entre 1908 y 1913, tratando de ganarse la vida como pintor. La Viena que Hitler conoció no solo era la ciudad culta y cosmopolita de la visión general sino también la que ha sido descrita como un cloaca de antisemitismo, racismo y políticas corruptas, con un parlamento -que Hitler visitó numerosas veces- paralizado por disensiones raciales y sectoriales intransigentes. Es ahí -se ha aducido- que Hitler adquirió su desprecio por la democracia, ahí donde vio por primera vez el saludo "heil" —entre los seguidores del pangermanista y antisemita radical Georg von Schönerer— y ahí adonde aprendió acerca de la propuesta de la eugenesia.35

Después de la Gran Guerra Hitler permaneció en el ejército donde fue asignado a una unidad especial -el "Departamento de Educación y Propaganda" - del Ejército de Baviera, bajo el comando del capitán Karl Mayr. Una función importante de ese departamento era dar a los soldados una razón aceptable -desde el punto de vista del ejército- de su derrota en la guerra. Esa razón se encontró fácilmente, dado el "espíritu de la época" y el del ejército, en "la traición de los judíos y comunistas".

En julio de 1919, Hitler fue asignado a un "Comando de Inteligencia" y ordenado espiar un pequeño grupo -autodenominado "Partido de los Obreros Alemanes" (DAP por sus siglas en alemán)- bajo sospecha de ser marxista o, por lo menos, socialista.36 - Hitler se impresionó con la visión nacionalista y de solidaridad entre todos los miembros de la sociedad -pero anticomunista y antisemita- de Anton Drexler -fundador del grupo - quien a su vez, fue impresionado por la oratoria de Hitler: cuando uno de los miembros sugirió separar Baviera de Alemania y unificarla con Austria, Hitler pronunció un discurso oponiéndose y llamando en su lugar a "engrandecer a Alemania". Consecuentemente Dressler le ofreció al espía que se hiciera miembro de la organización, lo que Hitler hizo el 12 de diciembre de 1919,37 convirtiéndose en el 55º individuo a ingresar38 Al mismo tiempo se integró al Comité Ejecutivo del Partido, como séptimo integrante.39 -Años después Hitler proclamó haber sido el séptimo en unirse al partido, afirmación que se ha demostrado ser falsa.


Copia (falsificada) del Carnet de Afiliación al Partido Obrero de Hitler. El número real de su membresía era el 550 (55, el 500 era agregado para dar la impresión de un grupo más grande) pero con posterioridad el número de Hitler fue reducido para dar la impresión que Hitler fue uno de los fundadores del "partido".
Hitler llegó a ser el protegido de Dietrich Eckart, otro de los fundadores y miembro de la Sociedad Thule, quien -junto con el resto de esa sociedad- creían en la llegada inminente de un "Mesías alemán". Eckart -con ambiciones de poeta- había escrito acerca del "El Sin nombre", "El que todos sienten pero ninguno ha visto" y en Hitler creyó encontrarlo, lo que se vio reforzado por su éxito como orador, pero el resto de los directores "del partido" lo encontraban prepotente y egoísta. Hitler reaccionó -julio de 1921- ofreciendo dimitir o ser nombrado jefe del partido (reemplazando a Drexler) con poderes ilimitados. El asunto fue finalmente puesto a una reunión general. La propuesta de Hitler fue aprobada por 543 votos a favor y uno en contra. En la reunión siguiente (29 de julio de 1921) del recientemente renombrado Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, Hitler fue introducido -por primera vez- como Führer.

Esa posición fue conveniente para Hitler y su personalidad o estilo, librándolo de la obligación de tener que seguir cualquier programa o compromiso que no fuera conveniente en el momento, incluyendo las propuestas por él mismo. Pero de nuevo, no vemos la acción de un genio político, sino el resultado de, por un lado, el de la ilusión de personajes tales como Eckart y, por el otro, de la propuesta de sectores conservadores y nacionalista -tales como la de Forsthoff - que fueron utilizadas para producir una situación tal que le permiten proclamar: "Yo soy el partido".

Así, los principales ideólogos del partido cuando éste llega al poder - Walter Darré, Dietrich Eckart, Hans Frank, Rudolf Hess, Heinrich Himmler, Robert Ley, Julius Streicher, Alfred Rosenberg, etc- muestran, entre los elementos que los caracterizan, una fe ciega en un líder, Hitler, quien es concebido como encarnando todas las calidades y Voluntad de poder o vida de "la nación" y -como tal, el único que puede determinar que es y no correcto, aceptable o incluso ético. En las palabras de un jerarca nazi: "Si el pueblo tiene confianza, y si la verdadera dirección popular esta presente, el Führer será capaz de hacer lo que desee con la nación... la gente le obedecerá ciegamente y ciegamente lo seguirán. El Führer siempre tiene la razón. Cada uno y hasta el último ciudadano debe decirlo (...) Sí, Uds. que nos llamaban sin dios, hemos encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través de él hemos encontrado a Dios una vez más. Esa es la grandeza de nuestro día. Y esa es nuestra buena fortuna"


Poseen también un enemigo mortal, responsable de todos los problemas que han afectado a los arios a través de la historia: las razas inferiores o Untermensch - (tales como los eslavos, los gitanos, y, especialmente, los judíos, responsables de la Conspiración judeo-masónico-comunista-internacional). Enemigos no solo mortales pero ineludibles, no solo porque así lo determina las leyes biológicas mismas, sino porque así lo determina el único que puede determinar esas cosas: Hitler, el Führer que nunca se equivoca, en su Mein Kampf. Los arios, como Raza superior es de donde viene el hombre creador, viril y guerrero. De esa raza proceden todos los triunfos de la especie humana. Sin embargo, también creen, como Spengler, que las civilizaciones creadas por los arios decaían y morían una vez sus elementos representativos se mezclaban racialmente con miembros de esas otras razas: "El resultado de todo cruce racial es, brevemente, siempre el siguiente: (a) descenso de la raza más alta. (b) regresión física e intelectual y consecuentemente el comienzo de una lenta pero inevitable enfermedad. Causar tal desarrollo es, entonces, nada pero un pecado contra el creador eterno. Y como pecado será tratado".

Una de las primeras medidas de Hitler como 'Führer' de los nazis fue organizar un grupo selecto, las Grupos de Asalto o SA -bajo control de uno de sus incondicionales, el ex oficial de ejército Ernst Röhm - y ordenarles "confrontar" socialistas en las calles. Esto llevó a un incremento en la popularidad del partido nazi entre sectores más extremos en los bares y cantinas en los que los nazis organizaban sus reuniones y de ahí, entre los "nacionalistas extremos" de la población general.47 Entre las figuras que se unieron a los nazis se puede destacar a Heinrich Himmler; Hermann Göring y Joseph Goebbels. Las SA crecieron rápidamente, atrayendo miles de reclutas48 al punto que -en 1922- se hizo posible y necesario crear una división para "novatos" de 14 a 18 años - la Jugendbund o Hermandad de los jóvenes- que eventualmente se transformó en las Juventudes Hitlerianas.

Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1923, contra la República de Weimar, Hitler es condenado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf '(Mi lucha)' que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y deja claro que los arios son una raza superior a todas las demás.



En febrero de 1926 Hitler -en un discurso frente alrededor de sesenta de sus seguidores más selectos, incluyendo los gauleiteres- repudió las posiciones "socialistas" anteriores del partido, enfatizando que "el verdadero enemigo son los judíos", y que tanto el socialismo como la URSS -como creaciones judías- debían ser destruidas y que la propiedad privada debía ser respetada por los nazis.49 Esto horrorizó a algunos de sus seguidores más cercanos y llevó al comienzo de una ruptura con la facción de Gregor Strasser, pero posibilitaba un acuerdo con sectores derechistas en el gobierno. Uno de los resultados inmediatos de ese vuelco a la derecha fue que en 1927 Wilhelm Keppler -un empresario- se unió al partido nazi. Y a través de él algunos otros -tales como Hjalmar Schacht (más tarde, ministro de economía de los nazis), Fritz Thyssen y el banquero Kurt von Schroeder- aceptaron financiar al partido.50 51 Esto se vio facilitado por la llegada de la crisis de 1929, lo que aumentó el caudal electoral nazi, llegando éste a obtener el 37% del voto popular (abril de 1932), con un aumento en la membresía de 27 000 en 1925 a más de 800 000 en 1931

http://es.slideshare.net/angelbernalt/nazismo-445016

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