NAZISMO
Se ha sugerido que Adolf Hitler "es uno de esos pocos
individuos de los cuales se puede decir con absoluta certeza que: sin él, el
curso de la historia habría sido diferente", o, que sin él, las cosas
habrían sido muy diferentes.
Hay poca duda que Hitler poseía un carisma y capacidad oratoria,
pero también una ambición excepcional. Alguien quien -con una falta de
escrúpulos absoluta- estaba dispuesto a sacrificar lo que fuera y/o considerara
necesario en aras de sus objetivos. Pero tampoco hay duda que tanto los
objetivos como los medios eran avalados por el Zeitgeist, y que Hitler
encapsuló -voluntaria o accidentalmente- lo peor de ese espíritu de su época. Si bien es posiblemente correcto que sin Hitler el nazismo no habría sido lo
que fue, no es menos cierto que sin ese zeitgeist Hitler no habría sido lo que
fue.
Retrato a lápiz de Adolf Hitler, 1923
Hitler conoció ese zeitgeist cuando vivió en Viena, entre
1908 y 1913, tratando de ganarse la vida como pintor. La Viena que Hitler
conoció no solo era la ciudad culta y cosmopolita de la visión general sino
también la que ha sido descrita como un cloaca de antisemitismo, racismo y
políticas corruptas, con un parlamento -que Hitler visitó numerosas veces-
paralizado por disensiones raciales y sectoriales intransigentes. Es ahí -se ha
aducido- que Hitler adquirió su desprecio por la democracia, ahí donde vio por
primera vez el saludo "heil" —entre los seguidores del pangermanista
y antisemita radical Georg von Schönerer— y ahí adonde aprendió acerca de la
propuesta de la eugenesia.35
Después de la Gran Guerra Hitler permaneció en el ejército
donde fue asignado a una unidad especial -el "Departamento de Educación y
Propaganda" - del Ejército de Baviera, bajo el comando del capitán Karl
Mayr. Una función importante de ese departamento era dar a los soldados una
razón aceptable -desde el punto de vista del ejército- de su derrota en la
guerra. Esa razón se encontró fácilmente, dado el "espíritu de la
época" y el del ejército, en "la traición de los judíos y
comunistas".
En julio de 1919, Hitler fue asignado a un "Comando de
Inteligencia" y ordenado espiar un pequeño grupo -autodenominado
"Partido de los Obreros Alemanes" (DAP por sus siglas en alemán)-
bajo sospecha de ser marxista o, por lo menos, socialista.36 - Hitler se
impresionó con la visión nacionalista y de solidaridad entre todos los miembros
de la sociedad -pero anticomunista y antisemita- de Anton Drexler -fundador del
grupo - quien a su vez, fue impresionado por la oratoria de Hitler: cuando uno
de los miembros sugirió separar Baviera de Alemania y unificarla con Austria,
Hitler pronunció un discurso oponiéndose y llamando en su lugar a
"engrandecer a Alemania". Consecuentemente Dressler le ofreció al
espía que se hiciera miembro de la organización, lo que Hitler hizo el 12 de
diciembre de 1919,37 convirtiéndose en el 55º individuo a ingresar38 Al mismo
tiempo se integró al Comité Ejecutivo del Partido, como séptimo integrante.39
-Años después Hitler proclamó haber sido el séptimo en unirse al partido,
afirmación que se ha demostrado ser falsa.
Copia (falsificada) del Carnet de Afiliación al Partido
Obrero de Hitler. El número real de su membresía era el 550 (55, el 500 era
agregado para dar la impresión de un grupo más grande) pero con posterioridad
el número de Hitler fue reducido para dar la impresión que Hitler fue uno de
los fundadores del "partido".
Hitler llegó a ser el protegido de Dietrich Eckart, otro de
los fundadores y miembro de la Sociedad Thule, quien -junto con el resto de esa
sociedad- creían en la llegada inminente de un "Mesías alemán". Eckart -con ambiciones de poeta- había escrito acerca del "El Sin
nombre", "El que todos sienten pero ninguno ha visto" y en
Hitler creyó encontrarlo, lo que se vio reforzado por su éxito como orador,
pero el resto de los directores "del partido" lo encontraban
prepotente y egoísta. Hitler reaccionó -julio de 1921- ofreciendo dimitir o ser
nombrado jefe del partido (reemplazando a Drexler) con poderes ilimitados. El
asunto fue finalmente puesto a una reunión general. La propuesta de Hitler fue
aprobada por 543 votos a favor y uno en contra. En la reunión siguiente (29 de
julio de 1921) del recientemente renombrado Partido Nacional Socialista Obrero
Alemán, Hitler fue introducido -por primera vez- como Führer.
Esa posición fue conveniente para Hitler y su personalidad o
estilo, librándolo de la obligación de tener que seguir cualquier programa o
compromiso que no fuera conveniente en el momento, incluyendo las propuestas
por él mismo. Pero de nuevo, no vemos la acción de un genio político, sino el
resultado de, por un lado, el de la ilusión de personajes tales como Eckart y,
por el otro, de la propuesta de sectores conservadores y nacionalista -tales
como la de Forsthoff - que fueron utilizadas para producir una situación tal
que le permiten proclamar: "Yo soy el partido".
Así, los principales ideólogos del partido cuando éste llega
al poder - Walter Darré, Dietrich Eckart, Hans Frank, Rudolf Hess, Heinrich
Himmler, Robert Ley, Julius Streicher, Alfred Rosenberg, etc- muestran, entre
los elementos que los caracterizan, una fe ciega en un líder, Hitler, quien es
concebido como encarnando todas las calidades y Voluntad de poder o vida de
"la nación" y -como tal, el único que puede determinar que es y no
correcto, aceptable o incluso ético. En las palabras de un jerarca nazi:
"Si el pueblo tiene confianza, y si la verdadera dirección popular esta
presente, el Führer será capaz de hacer lo que desee con la nación... la gente
le obedecerá ciegamente y ciegamente lo seguirán. El Führer siempre tiene la
razón. Cada uno y hasta el último ciudadano debe decirlo (...) Sí, Uds. que nos
llamaban sin dios, hemos encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través de él
hemos encontrado a Dios una vez más. Esa es la grandeza de nuestro día. Y esa
es nuestra buena fortuna"
Poseen también un enemigo mortal, responsable de todos los
problemas que han afectado a los arios a través de la historia: las razas
inferiores o Untermensch - (tales como los eslavos, los gitanos, y,
especialmente, los judíos, responsables de la Conspiración
judeo-masónico-comunista-internacional). Enemigos no solo mortales pero
ineludibles, no solo porque así lo determina las leyes biológicas mismas, sino
porque así lo determina el único que puede determinar esas cosas: Hitler, el
Führer que nunca se equivoca, en su Mein Kampf. Los arios, como Raza superior
es de donde viene el hombre creador, viril y guerrero. De esa raza proceden
todos los triunfos de la especie humana. Sin embargo, también creen, como
Spengler, que las civilizaciones creadas por los arios decaían y morían una vez
sus elementos representativos se mezclaban racialmente con miembros de esas
otras razas: "El resultado de todo cruce racial es, brevemente, siempre el
siguiente: (a) descenso de la raza más alta. (b) regresión física e intelectual
y consecuentemente el comienzo de una lenta pero inevitable enfermedad. Causar
tal desarrollo es, entonces, nada pero un pecado contra el creador eterno. Y
como pecado será tratado".
Una de las primeras medidas de Hitler como 'Führer' de los
nazis fue organizar un grupo selecto, las Grupos de Asalto o SA -bajo control
de uno de sus incondicionales, el ex oficial de ejército Ernst Röhm - y
ordenarles "confrontar" socialistas en las calles. Esto llevó a un
incremento en la popularidad del partido nazi entre sectores más extremos en
los bares y cantinas en los que los nazis organizaban sus reuniones y de ahí,
entre los "nacionalistas extremos" de la población general.47 Entre
las figuras que se unieron a los nazis se puede destacar a Heinrich Himmler;
Hermann Göring y Joseph Goebbels. Las SA crecieron rápidamente, atrayendo miles
de reclutas48 al punto que -en 1922- se hizo posible y necesario crear una
división para "novatos" de 14 a 18 años - la Jugendbund o Hermandad de
los jóvenes- que eventualmente se transformó en las Juventudes Hitlerianas.
Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en
1923, contra la República de Weimar, Hitler es condenado a prisión y recluido
en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once
meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf '(Mi lucha)'
que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro
casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y
deja claro que los arios son una raza superior a todas las demás.
En febrero de 1926 Hitler -en un discurso frente alrededor
de sesenta de sus seguidores más selectos, incluyendo los gauleiteres- repudió
las posiciones "socialistas" anteriores del partido, enfatizando que
"el verdadero enemigo son los judíos", y que tanto el socialismo como
la URSS -como creaciones judías- debían ser destruidas y que la propiedad
privada debía ser respetada por los nazis.49 Esto horrorizó a algunos de sus
seguidores más cercanos y llevó al comienzo de una ruptura con la facción de
Gregor Strasser, pero posibilitaba un acuerdo con sectores derechistas en el
gobierno. Uno de los resultados inmediatos de ese vuelco a la derecha fue que
en 1927 Wilhelm Keppler -un empresario- se unió al partido nazi. Y a través de
él algunos otros -tales como Hjalmar Schacht (más tarde, ministro de economía
de los nazis), Fritz Thyssen y el banquero Kurt von Schroeder- aceptaron
financiar al partido.50 51 Esto se vio facilitado por la llegada de la crisis
de 1929, lo que aumentó el caudal electoral nazi, llegando éste a obtener el
37% del voto popular (abril de 1932), con un aumento en la membresía de 27 000
en 1925 a más de 800 000 en 1931
http://es.slideshare.net/angelbernalt/nazismo-445016
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